sábado, 10 de abril de 2010

Un Techo Para mi País.



Es la primera vez que no asisto a una clase de responsabilidad social voluntariamente, y eso debido a que andaba de voluntaria en la organización Un Techo para mi País en las construcciones de las comunidades de la Sierra de Querétaro.
Esta experiencia, que espero que no sea la única, transformó mi vida. Muchas veces pensamos en la definición de pobreza y nos preocupamos, pero realmente vivirla es otro boleto. Ponerte en los zapatos de las personas en extrema pobreza trae una explosión de sentimientos, tanto te puedes reír como puedes llorar, valoras lo que tienes pero también valoras lo que ellos tienen.
En lo personal me encanto estar hombro a hombro trabajando con una excelente familia por un mismo objetivo, tener un mejor lugar donde vivir, ellos con una casa nueva y yo con un país con un gran comienzo para acabar con la pobreza extrema.
A todos los que lean esto los invito a que participen en esta experiencia tan maravillosa de la que van a aprender mucho y van a poder ayudar a la comunidad.

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